Los cachorros son todos lindos, hay de ojos celestes; ámbar; marrones; negros, el color de su manto (pelo) nos impacta, parecen de peluche y no podemos resistir adquirir uno por su belleza. Pasa el tiempo y el problema comienza, el cachorro creció mas de lo esperado, perdió toda dulzura y su tenencia se transformo en una pesadilla.
El cachorro y su futuro dueño deben ser compatibles tanto física ( una mujer delgada y pequeña, no puede tener un perro de mas de 40 kilos) como psicológicamente (una persona tranquila deberá elegir un perro acorde a sus características; no un perro con un alto nivel de actividad). Debemos tener en cuenta el entorno donde el animal va a vivir, el espacio disponible es importante, además del tiempo del que disponemos para atender y relacionarnos con nuestra mascota, hay razas que necesitan mas afecto que otras.
Las características del pelaje que queremos, pelo raso (al caer su pelo se clavan como aguja en alfombras, tejidos, etc.), pelo corto, pelo largo, si tira mucho o poco, si hay que cepillarlos a menudo. Saber que tamaño alcanzara de adulto (vea a los padres sí es posible)
También hay diferencias respecto al sexo que elegimos: El macho es más corpulento y pesado, más agresivo con sus congéneres, más independiente, están continuamente marcando su territorio con la orina (no quedara mueble que no sea marcado), están casi siempre en celo, cualquier cosa que puedan montar les viene bien, mas de uno se abra llevado una sorpresa cuando su perro se le “prende” a la pierna.
Las hembras son más cariñosas, apegadas, obedientes y suelen presentar menos problemas de agresión a sus pares, entran en celo aproximadamente cada 6 meses y dura 21 días, en este periodo si no cuidan a su perra puede llegar a casa con una sorpresa al cabo de 63 días (gestación).
Para terminar hay razas amantes del agua que en cuanto vean el arroyo en el parque no dudaran en zambullirse sin importarle la estación del año que estemos.
Con paciencia y firmeza lograremos el perro perfecto.
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