miércoles, 11 de febrero de 2009
Domingo, adoptado un domingo
Como todos habrán leído en mi perfil soy de la ciudad de Olavarría, localidad que queda en la provincia de Buenos Aires (Argentina), su población es un poco mayor a 100.000 habitantes. Olavarría es una ciudad muy linda, se esta posicionando en la región, pero tiene algo que nunca me gusto: a su intendencia que gobierna desde hace 20 años, con algún parate en el medio, nunca le gustaron los perros, y menos los callejeros. En vez de tomar una medida definitiva como la castración masiva se motivaba a la perrera que saliera por la noche cuando todos dormían a la caza indiscriminada de perros callejeros, también eran víctimas perros con dueños que lo soltaban un rato. No los tenían esperando en la perrera que el dueño los reclamara sino que eran maltratados, asesinados. También se decía en la ciudad que eran dados a los circos para alimentar a los animales. De un momento a otro la ciudad estaba "limpia" de perros y su intendente orgulloso. Como la masa es poderosa la gente se unió y empezó a protestar, a formar asociaciones de protección animal y acompañado de esto la provincia prohibió la matanza de perros y las perreras (en la ciudad estuvo funcionando un tiempo mas, a pesar de la prohibición). Al poco tiempo en la ciudad aparecieron perros nuevos. Por mi trabajo de paseador de perros ando por todos lados y me pregunto: ¿La gente no los ve? ¿No los puede ayudar?. Somos más de 100.000 habitantes, si cada uno se llevara uno a su casa no existirían los perros callejeros en mi ciudad. El punto es que hacia como un mes que veía en la calle a un hermoso perro, nadie lo ayudaba, era ignorado completamente, la gente caminaba a su lado sin sentir nada, yo lo veía y lo veía, era de color negro con una cicatriz en el lomo, en mal estado pero hermoso. Estaba a punto de adoptarlo (no lo hacia por falta de lugar) cuando de repente sucedió el milagro. Por eso puedo decir que el día domingo 08/02/2009 fue uno de los días más felices de mi vida. Esta entrada esta dedicada a Romina y Damián, los nuevos padres de este hermoso ejemplar de raza labrador (estaba muy flaco para detectar su raza), al que llamaron Domingo por haberlo encontrado precisamente un día domingo. Damián y Romina son como todos los habitantes de este país, tienen que trabajar duro para tener algo de dinero, vivir bien y darse algún gusto de vez en cuando. Ellos fueron padres el 19/12/2008 de una hermosa nena al que llamaron Emilia, la bebé tiene casi dos meses y además tienen un perra de raza beagle (Gina). Iba con mi novia caminando por el centro camino a comer un asado y justo nos cruzamos con el perro, nos empezó a seguir, no soportaba este momento así que con mi novia dijimos: ¿Le avisamos a Romina y Damian?, por supuesto dije yo, los llamamos y sin dudarlo dijeron: siiiiiiii!!!. Damián vino a ver al perro, él cual manteníamos con mi novia acariciándolo y cuidándolo para que no se nos escapara o siguiera a alguien en busca de un hogar. Al primer contacto de Damián con Domingo le dice: "Dame la pata", el perro se la dió, luego "sentate", el perro se sentó. Llamamos a unos amigos Emilio y Marta para que nos llevaran al perro en la camioneta a su nuevo hogar. Llega la camioneta y le digo a Domingo: "Subí", en el primer intento no pudo por estar muy débil, al segundo intento se subió de un salto a la caja de la camioneta. Llegamos a la casa y Domingo se encontró con Gina (Beagle), apenas la pudo saludar de lo cansado que estaba, comió algo tomo agua y se acostó, no daba más. Domingo sabía que había encontrado un hogar y con eso se relajo y pudo tomarse un respiro en su búsqueda de que alguien lo adoptara. En mi ciudad hay muchas asociaciones y personas que ayudan los animales, todo con recursos propios, no hay ayuda municipal. Lo que quiero dejar en claro en esta entrada es que Damián y Romina no dudaron en ningún momento, ellos están aprendiendo a ser padres con Emilia, trabajan todo el día, no tienen tiempo y ni dudaron en adoptar a este perro indefenso que era ignorado por toda la ciudad. Todos deberían ser como ellos que a pesar de sus responsabilidades, no dudaron en agregarle una más a sus vidas. Nos comprometimos con mi novia en ayudar en todo lo que podamos y hacer de Domingo, un perro normal, bañarlo, pasearlo, castrarlo, etc. Olavarría es una ciudad hermosa, pero a sus habitantes les falta aprender un poco lo que es el amor de un perro callejero, lo que se siente al rescatarlo, como te eleva la autoestima, lo feliz que es uno a partir de ese momento y saber que la mirada de ese perro es de agradecimiento de por vida. Damián, Romina, Emilia y Gina gracias por el compromiso que tomaron este domingo pasado, la naturaleza no puede con todo animal abandonado, tiene mucho trabajo luchando contra los humanos, por eso necesita más gente como ustedes. Les mando un abrazo y nuevamente gracias por hacer que este día quede marcado en mi memoria como uno de los mas felices de mi vida.
FOTO: Domingo cuando lo encontramos (foto arriba) y en solo 3 dias pueden apreciar la mejoria junto a Damian y Romina (foto abajo).